Quisiera ser, Jesús mío,
fuego, fuego abrazador
y andar recorriendo el mundo
abrazándolo en tu amor.
Quisiera que todos te amen
porque eres bueno, Señor,
con esta gente tan débil,
que guías con tanto amor.
Quisiera que el mundo entero
te proclame su Señor,
y declare, sin temores,
que sólo Tú eres su creador.
Y quisiera que las gentes
comprendan al fin, Señor,
que cumpliendo tu Evangelio,
el mundo será mejor.
Y quisiera amarte tanto
que muera por ti de amor,
y vaya despues al cielo
a amarte más y mejor.
(Del libro de Novenas del Divino Niño, 2007)
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